viernes, 3 de febrero de 2012

"Jupiter", de Gustav Holst

Hoy, en la sección de Música, hablamos sobre una obra de Gustav Holst: Los planetas. Aunque vamos a hablar de manera general, les hago una recomendación personal sobre el movimiento de esta obra: Jupiter. Seguramente, esta obra no les suene de nada, pero si les recuerdo los anuncios de Andalucía es de cine seguro que se les viene a la memoria.

The Planets (Los planetas) op. 32, es la obra más conocida del compositor inglés Gustav Holst. Es una suite de siete movimientos, a cada uno de los cuales Holst le dio el nombre de un planeta (y su correspondiente deidad en la mitología grecorromana):
  • Marte, el portador de la Guerra.
  • Venus, el portador de la Paz.
  • Mercurio, el mensajero alado.
  • Júpiter, el portador de la Alegría.
  • Saturno, el portador de la Vejez.
  • Urano, el mago.
  • Neptuno, el místico.
Fue compuesta entre 1914 y 1918. Está parcialmente inspirada por meditaciones en su propio horóscopo; trata sobre "las siete influencias del destino y componentes de nuestro espíritu". A pesar de ello, el propio Holst declaró que la obra se basaba en la significación astrológica de los siete planetas representados en ella; que no era "música de programa", que en caso de pretender encontrar un "programa", bastaba con los subtítulos de cada sección. Finalmente, declaró que "no había relación alguna con las deidades de la mitología clásica correspondientes a cada planeta".

La obra le fue sugerida por su amigo y también compositor Clifford Bax, durante un viaje a Gibraltar en 1912. El compositor se puso a la tarea y completó la suite en los cuatro años que duró la Primera Guerra Mundial. Debemos la primera ejecución de la obra, en 1918, a Adrian Boult, que desde entonces se convirtió en el director favorito de Holst para esta obra. Dicha primera ejecución (de carácter privado) se debió a un "regalo" al compositor de su amigo y también compositor Henry Balfour Gardiner.

Mucho se ha hablado de la "originalidad" de la obra. Más razonable es pensar que la obra está íntimamente conectada con varios autores de su tiempo. Así, por ejemplo, Holst toma prestada de los Nocturnes de Debussy la idea del coro femenino sin texto, para su Neptuno. Igualmente se puede rastrear la influencia de Richard Strauss en su uso del oboe bajo o las tubas wagnerianas; o la del Stravinski de La consagración de la primavera por la incorporación del clarinete bajo y por la similitud de ciertos motivos breves y su tratamiento por ejemplo en pasajes de "Marte". También hay que mencionar aquí al Arnold Schönberg de las "Cinco piezas orquestales, Op. 16".
Desde el punto de vista conceptual, además, deberíamos citar al Elgar de las "Variaciones Enigma" y, de forma más lejana, al Mussorgsky de los "Cuadros de una exposición" en cuanto a la sucesión de descripciones de caracteres o impresiones.

The Planets, como reza su subtítulo, es una suite "para gran orquesta". Instrumentos nada habituales, como la flauta baja o el oboe barítono o bajo y unos nutridos efectivos de percusión (bombo, batería, platillos, triángulos, tambor militar, pandereta, gong, campanas, xilófono y glockenspiel, así como dos timbalistas) y metal (6 trompas, 4 trompetas, 3 trombones, tuba tenor y tuba bajo) forman, entre otros, la nómina de la suite. Es quizás la orquesta más grande empleada jamás por Holst.

Júpiter, conjuntamente con Mercurio, se puede considerar el scherzo de la obra, de estructura sonata. Al trío del movimiento, la solemne melodía central de aliento brahmsiano, Cecil Spring-Rice le encasquetó un himno según la venerable tradición victoriana de la época: I vow to Thee, my Country. Aunque el himno fue utilizado en las ceremonias del armisticio de la I Guerra Mundial, al propio Holst no le agradó demasiado el resultado. Y como expresa Colin Matthews, editor de la partitura para Eulenburg, "raramente un compositor se ha visto favorecido por la adición posterior de texto para su música".



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