viernes, 4 de noviembre de 2011

En mi recuerdo...


Esta semana en mi sección personal os voy a hablar acerca de un tema que existe desde que el ser humano fue creado y que ha sido tan criticado como venerado al igual que nos ha proporcionado tanto deseo y felicidad como la tristeza más eterna por no poder obtenerlo, ya que el amor es capaz de cambiar nuestro mundo y tornarlo en un sueño o en una pesadilla... pero yo me hago, al igual que mucha gente nos hacemos una pregunta existencial que nos reconcome y nos hace pensar en las millones de respuestas posibles habidas y por haber, así que yo os pregunto a vosotro:
¿Qué es el amor?

Si buscáis en Wikipedia encontreréis que el amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista, pero personalemnte creo que el amor es mucho más que eso y no solo una definición que solo toca la superficie del verdadero sentimiento de ser o sentir que eres amado por alguien.
Primero deberíamos de diferenciar los distintos tipos de amor, ya que podríamos decir que existen tres tipos de amor.
En estas semanas voy a ir definiendo según mi parecer los distintos tipos de amor que existen y de esta forma espero que juntos podamos sincerarnos mutuamente y así hablar sin ataduras ni complejos del tema más bonito que existe y existirá.
Primero el amor de tu familia, la cual te ama y te adora y que aunque puede que muchas veces estén en contra de lo que uno piense, siempre lo hacen pensando en lo mejor para aquella persona que aman. Muchas veces criticamos a estas personas la forma de pensar que tienen, los consejos que dan o lo que piensan acerca de nosotros, pero nosotros nunca pensamos que muchas veces somos nosotros quienes no deberíamos de criticarlos tanto y sí ayudarlos, porque son personas al igual que tu y yo y muchas veces piden abrazos silenciosos que casi nunca sabemos ver, y que a la larga nos arrepentimos porque sentimos que hemos cometido un error tan grave que cuando nos damos cuaenta es demasiado tarde para poder remediarlo y entonces aquel abrazo silencioso que pedía un ser querido nuestro a gritos nunca más podrá ser dado.

Yo me quiero confesar en este blog y quiero hablar acerca de mi abuelo, la persona más buena que he conocido nunca y que jamás conoceré. Siempre juagaba conmigo y cada día que venía del colegio me tenía en la mesa camilla un par de paquetes de cromos de la liga de fútbol los cuales dia a día esperaba con suma ilusión pero nunca me fijé en aquel entonces la cara de felicidad que tenía mi abuelo cada vez que me daba un paquete de cromos, era la cara de una persona cuyos años tenía muy bien cumplidos y cuyo mayor y humilde deseo era ver féliz a su nieto más pequeño. Todavía recuerdo aquel Renault Super5 rojo en el que día a día me montaba por la mañana para ir al colegio y en el que cada tarde me llevaba a un pequeño campo de mi pueblo que conocemos como La Matilla donde me encantaba ir y poder soñar que era un héroe de cuento de hadas que rescataba a la princesa. Mi abuelo, como me conocía bien me buscaba todos los días un palo de madera en ese campo que pudises ser una espada para combatir a los monstruos y villanos que encontraba en pos de salvar a mi princesa, pero entonces al volver al castillo el pequeño príncipe era regañado por la reina ya que traía un palo sucio de fuera y ella discutía con mi abuelo siempre porque me decía que me malcriaba con tanta tontería. Echo mucho de menos esa época, porque no supe disfrutar ni pude comprender la persona tan maravillosa que fue él y desde siempre he tenido clavada una espina en mi corazón porque siento que me aproveché de su buena voluntad y nunca le supe dar el cariño que se merecía.
Pasaban los años y me hacía mayor, aunque todavía era un crío, y mi abuelo seguía estando conmigo y queriéndome con locura en todo y por todo... pero un día sin saber porqué le noté que comenzó a usar andador, lo cual no le eché la menor importancia la verdad porque cada vez que lo veía una sonrisa cubría su rostro y me daba un beso. El tiempo seguía su curso y mi abuelo ya no podía usar el andador, ya que estaba en cama sin poder apenas moverse... la enfermedad le había poseído y durante todo un año estuvo sufriendo el mal en sí mismo, sin poder hacer nada... solo esperar... Me acuerdo, y esa escena la tendré grabada en mi mente para siempre, en sus últimos momentos llegó un momento en el que no se acordaba ni de sus propias hijas, a las cuales amó siempre con locura, y en un día me acerqué y me agarró la mano con fuerza y me dijo: José Ignacio, ¿Quieres un billete de mil pesetas?.
En esos momentos era muy pequeño y no comprendía la gravedad de aquella situación, mi abuelo, la persona que más me ha querido en este mundo y que estaba en los últimos momentos de su vida sabía perfectamente quien era... Dios mío, ahora que soy consciente del amor que me tuvo durante toda su vida y me desconpongo pensando en la actitud egoista que tomé en aquellos entonces, y nunca me podré perdonar el no poder haber disfrutado más con el, porque ahora daría cada minuto de mi vida por estar una vez más con el y poder pedirle perdón por no haber sido mejor nieto y mejor persona.
Así que desde aquí quiero pedirle perdón de corazón y esté donde esté pedir que sea muy féliz y que sepa que siempre me acuerdo de el y que le pido mucho y que no sé como ni porque pero todo lo que le he pedido me lo ha concedido... Hasta ahí llega el amor ya que significa darlo todo por una persona a la que quieres con locura, sin poner nunca una mala cara, sino una sonrisa tan grande capaz de iluminar a la estrella más brillante y capaz de atravesar el universo entero por solo para poder alegrar a la persona que más quieres y que deseas de corazón su felicidad.

Esta entrada va dedicada a mi abuelo y a todas aquellas personas que no saben apreciar a su familia, para que reaccionen y de esa manera puedan recapacitar a tiempo y vivir a gusto y félizmente con ellos ya que cuando te des cuenta puede que sea demasiado tarde para ello...

Antonio, gran amigo, fiel compañero, buen padre y el mejor abuelo. Por tí.

Un abrazo a todos los que hayáis leído nuestro blog y hasta la semana siguiente y gracias por haberme concedido la oportunidad de expresarme y poder al fin alabar a mi abuelo, que verdaderamente se lo mereció.



P.D: Pido disculpas si he cometido faltas de orotografía pero varías veces he tenido que parar porque no podía aguantar las lagrimas y no he podido rectificarlas. Muchas gracias por vuestra comprensión.

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