viernes, 27 de enero de 2012

Escena 3 La bella y el ángel


ESCENA 3
(Se escuchan dos personas detrás de escena y aparece Ana riéndose y se coloca detrás del sofá)
- ANA: ¿Dónde estás? Anda ven para acá…
- ENRIQUE: (Desde detrás de escena) Ya voy Anita.
(Entra Enrique a escena y se va hacia Ana)
- ENRIQUE: Hola guapísima.
- ANA: Hola, ¿Te han dicho que hoy estás especialmente atractivo?
- ENRIQUE: Me lo acaba de decir un ángel… ¿Dónde estará?
- ANA: No seas tonto Enrique…
- ENRIQUE: No soy tonto… simplemente estoy enamorado de ti.
- ANA: Enrique…
(Sus labios se comienzan a unir, pero Ana en el último momento retira los suyos de Enrique)
- ANA: No puedo… no puedo hacerlo Enrique.
- ENRIQUE: ¿Por qué? ¿Soy yo?
- ANA: No Enrique. Yo te quiero y me gustas muchísimo, pero…
- ENRIQUE: ¿Pero qué?
- ANA: (Hace una pausa reflexiva) Enrique, me siento muy mal por lo que estoy haciendo ahora mismo. Lola es mi amiga y no le puedo hacer esto…
- ENRIQUE: Ana, yo ya no quiero a Lola, únicamente quiero estar contigo y con nadie más.
- ANA: (Subiendo el tono) ¿Entonces que soy? ¿Tu segundo plato?
- ENRIQUE: No es eso… El amor no se elige Ana, sino que viene hacia ti, y mi amor por Lola se fue hace mucho tiempo, creo que hasta antes de casarnos.
- ANA: ¿Entonces por qué seguís juntos? ¿Me lo quieres explicar?
- ENRIQUE: Vamos a ver… Ella es una buena mujer, y me dolería mucho hacerle daño, por eso todavía no le he dicho nada acerca de lo nuestro, entiéndelo. Pero no te preocupes más por esto, ya que lo que yo siento por ti es verdadero… y único.
- ANA: No me vengas con milongas… O ella o yo.
- ENRIQUE: Entonces no me queda otra… Tendré que dejar a Lola. Te acabo de decir que lo único que quiero ahora mismo es estar a tu lado, y no te miento cariño.
- ANA: Ya lo sé Enrique… pero tienes que entenderlo, esto es muy difícil para mí. Lola es una mujer perfecta, es guapa, simpática y muy buena persona, ¿Por qué no la amas?
- ENRIQUE: No es lo que yo busco. Yo quiero una persona que no sea una aburrida que nada más quiere estar en casa y que todos los días me pregunta “¿Cómo te ha ido cariño?” ¿Acaso le importa eso? Dios… pero no me quiero enfadar ahora… te lo acabo de decir ya dos veces, ahora mismo nada más te quiero a ti y solamente a ti.
- ANA: Enrique…

(Se van al sofá y cuando se están tendiendo suena la puerta)
- LOLA: ¿Enrique puedes abrirme la puerta? Es que se me han olvidado las llaves en casa… menuda cabeza la mía.
(Los dos se ponen nerviosos y se levantan muy deprisa del sofá mientras Lola habla)
- ENRIQUE: (Hablando flojito) Escóndete en la cocina.
- ANA: ¿Por qué me tengo que esconder? ¿No se lo ibas a decir?
- ENRIQUE: ¡Te he dicho que te escondas coño! Después hablaremos…
(Ana se esconde en un rincón del escenario y vigila de reojo todo lo que ocurre en el salón, Enrique abre a Lola)
- LOLA: Hola cariño, ¿Qué tal el día? Vengo cansadísima… Tenía la cita del médico a las seis y hasta las ocho no me ha tocado… yo te digo a ti que esto es grande…
(Mientras Lola habla, Enrique se queda callado y la mira de muy mala forma, cuando termina de hablar sigue mirándola mal y en silencio)
- LOLA: Enrique ¿Te pasa algo conmigo? Es que últimamente estás muy raro y quiero saber si te pasa algo conmigo o es el trabajo o lo que sea vamos… Por favor sentémonos y hablemos un ratito que hace mucho que no lo hacemos.
- ENRIQUE: No quiero sentarme…
- LOLA: Enrique, por favor dime lo que te pasa. Estoy sufriendo muchísimo viéndote tan mal…
- ENRIQUE: No seas tan pesada ¿Quieres?
- LOLA: Lo único que quiero es estar a gusto contigo… pero tú no lo pones nada fácil.
- ENRIQUE: ¿Qué quieres decir? Mira mujer me harto de trabajar día y noche para que tú te puedas comprar tus caprichitos y tus cositas y ahora me vas con esas… Eso está pero que muy bien…
- LOLA: Enrique no te he dicho nada acerca de tu trabajo, sé que trabajas hasta por los ojos para que podamos vivir bien, y nunca te he echado en cara nada acerca de tu trabajo así que dejémonos de lobos caperucita…
- ENRIQUE: ¿Qué has dicho? Repítemelo… ¡Repítemelo si tienes cojones! (Pega un porrazo en la mesa)
- LOLA: (Se empieza a asustar) Bueno, dejemos la conversación para después…
- ENRIQUE: ¿Para después? No perdona… esto acaba de empezar simpática, que estás hoy que no se te puede hablar…
- LOLA: Habló…
- ENRIQUE: ¿Cómo? No me contestes, no me contestes…
- LOLA: El que no me tiene que contestar así eres tú…
- ENRIQUE: No me calientes Lola, no me calientes… Vamos a ver, ¿Dónde estabas? ¿Se puede saber qué horas son estas de llegar a casa?
- LOLA: No me acordaba que tenía horario…
- ENRIQUE: Contéstame, por favor.
- LOLA: Pues mira, te dije ayer que tenía una cita... (Hace una pausa) con el médico, pero me ha tardado más de la cuenta y he llegado bastante tarde, además he tenido que pasarme por el súper para comprar la cena y una cuantas cosas… ¿Te parece bien la contestación?
- ENRIQUE: No. Eres mi esposa y como tal tú tienes que decirme dónde estás en todo momento… las cosas no son así Lola.
- LOLA: (Lo abraza) Cariño de verdad que lo siento, perdona también por contestarte. Sé que todo esto lo haces porque te preocupas por mí, y de verdad que te lo agradezco, pero tienes que pensar que al igual que yo confío en ti, tú tienes que confiar igualmente en mí. ¿A qué sí?
- ENRIQUE: ¿Quién te crees que soy Lola? No soy tonto, y no me creo que hayas estado hasta las tantas en el médico. Eres frívola y mala, no me esperaba que fueses a cambiar tanto desde que nos casamos.
- LOLA: (No aguanta más y comienza a gritar) ¿Cambiar? Aquí el único que ha cambiado eres tú y solo tú. No haces más que gritarme y tratarme como un sucio trapo lleno de mierda, ¿Acaso eso es lo que soy para ti? Y ahora con que soy frívola y mala. No puedo soportarlo más Enrique… ¡No eres nadie para tratarme así!
- ENRIQUE: ¡Soy tu marido!
(Alza la mano, le da una torta y Lola cae al suelo. Ella se encuentra aturdida e impresionada por lo que acaba de ocurrir)
- ENRIQUE: (Se queda en estado de shock y se agacha) Lola, lo siento… yo no quería… de verdad.
- LOLA: (Aún aturdida) No hay nada que sentir… déjame sola…
- ENRIQUE: No. Lola yo te amo y te quiero con locura. Entiéndeme por favor, esto ha sido solo un desliz. El trabajo cada vez está más duro y me encuentro con mucho estrés últimamente y también sé que no tenía que haberte pegado y desquitarme contigo. De verdad que lo siento…
- LOLA: Dicen que los verdaderos hombres nunca pegan a una mujer y tú me acabas de pegar Enrique. Te podría denunciar por esto y lo sabes… pero también sabes que te quiero demasiado para hacer algo como eso, ya que nunca sería capaz de hacerte daño…
- ENRIQUE: (Coge las manos a Lola) Lola sé que lo que he hecho no tiene perdón, pero por favor perdóname… Te juro que nunca más te pondré una mano encima, te lo juro por lo que tú más quieras en este mundo. Por favor Lola, perdóname.
- LOLA: Te perdono Enrique… pero ahora mismo necesito estar sola, después si quieres hablamos de esto.
- ENRIQUE: Vale.
(Lola se va de escena y entra Ana impresionada por lo que acaba de ver)
- ANA: ¿Por qué has pegado a Lola, Enrique?
- ENRIQUE: ¿De verdad te importa? Solo ha sido un desliz, solo eso.
- ANA: A mí no me camelas con eso. ¿De verdad te crees con la potestad de agredir a una persona así por las buenas y que ella te perdone sin más?
- ENRIQUE: Ana, por favor créeme, estos días lo he pasado muy mal en trabajo y me he tenido que desquitar con ella. Sé que lo que he hecho está muy mal, y estoy muy arrepentido de ello así que por favor perdóname.
- ANA: No soy quien te tiene que perdonar, es Lola, así que por favor soluciónalo todo lo más rápido posible.
- ENRIQUE: No te preocupe cariño, ya mismo solo seremos tú y yo.
- ANA: Te puedo preguntar algo Enrique.
- ENRIQUE: Dime.
- ANA: ¿Serías capaz de hacerme daño mientras estamos juntos?
- ENRIQUE: Ana, te juro que nunca te haré daño. Ahora mismo eres lo que más quiero y te lo voy a demostrar. Vayámonos a tu piso ¿vale?
- ANA: Confío en ti…
(Enrique y Ana se van de escena y Lola vuelve al salón apenada y se tiende en el sofá)
- LOLA: Siempre había dicho que mi marido era único… perfecto… pero tras esto no sé qué pensar. ¿Verdaderamente conozco a mi marido? Nunca creí que me haría esta pregunta, pero ahora es la única que me hago. Tengo miedo, tengo mucho miedo… me tiemblan las manos y no sé qué pensar ni que hacer. ¿Por qué Dios mío? Tenía una vida perfecta y un esposo ideal… y ahora no tengo nada. Espero que esté exagerando y al final solo sea un desliz como me ha dicho, pero ¿Y si no es así?... ¿Qué haré? (Realiza una pausa) ¿Verdaderamente me ama mi marido?
(Tras esto las luces vuelven a titubear y se van durante unos segundos)
- LOLA: ¿Otra vez la luz? Mañana mandaré al técnico para que la arregle…
(Se escucha un aleteo de alas y Lola, extrañada por lo que está ocurriendo mira hacia atrás y ve a un ser caminando fuera de escena)
- LOLA: ¿Pero qué…? ¿Qué era eso? Dios estoy agotada… creo que me voy a acostar porque estoy empezando a delirar… Espero que mañana sea un día mejor.
(Lola se va del salón y termina la escena)

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